martes, 3 de julio de 2007

La cara más triste de Santiago invernal



Santiago está cada día más triste. A los conocidos efectos del invierno, el efecto invernadero, las patologías emocionales y el estres de esta ciudad, se suman los rostros tristes de las personas en las paradas de locomoción colectiva. Nunca como hoy había percibido esa emocionalidad colectiva, una mezcla de frustración extrema, rabia contenida y amargura. No se trata sólo de las informaciones sobre la implementación de un nuevo modelo de locomoción colectiva ni de su inoperancia ni de la inoperancia del gobierno ni de los fraudes que involucra. Lo que verdaderamente me impactó hoy es que este país está cubierto por una espesa capa de impunidad en todo ámbito de la vida nacional. Si hay algo democrático en Chile es eso, la impunidad. No importa que ya sepamos todos que Transantiago no cumplió lo prometido. No importa que sea público que hay una maraña de enredos y corrupción en todo el proceso de adjudicación de las licitaciones para Transantiago -al que no sepa le recomiendo leer los artículos de Arnaldo Pérez en La Insignia, por ejemplo "Las mentiras del Transantiago" o "Transantiago y la corrupción". No importa que la gente vea perjudicada cada día más su ya esmirriada calidad de vida. No importa nada, porque lo que el poder decidió aplicar no puede ser cuestionado ni menos cambiado. La impunidad garantiza todos los equivocos de los gobiernos y, peor aún, los libra de la justicia. No hay justicia equitativa, la justicia es para los ricos o para los miserables arribistas que ostentan hoy el poder. La mentada señora Juanita no ha llegado a su trabajo a tiempo desde que comenzó este plan modernizador de la locomoción y no ha podido servir de ejemplo a ningún político concertacionista ni al más fanático militante militante PPD/PS porque no puede cargar con la mierda de vida que tiene ahora que debe disponer de cinco horas y seis transbordos al día para trasladarse a su trabajo. ¿De qué modernización me hablan? ¿Por qué insisten en hacernos creer que estamos al mismo nivel que varias ciudades europeas en las que sistemas similares a este funcionan? Les comento que en Europa la jornada laboral tiene entre dos y cuatro horas menos que la chilena; que la legislación laboral se cumple no importando quién sea el demandado; que el ingreso per cápita europeo es mucho más alto, porcentualmente hablando, que el de un chileno; que junto con la legislación existen otros resguardos para l@s trabajador@s en toda europa.

Estoy cansada de que nos mientan impunemente, que nos estafen impunemente, que roben al Estado impunemente, que nos denieguen la justicia impunemente, que se rapartan los recursos del Estado entre ellos impunemente, que den becas a sus hijos impunemente, que vendan este territorio en trozos impunemente, que acusen a mapuche impunemente, que las noticias se farandulicen impunemente, que contaminen impunemente, que se repartan el poder impunemente, que los asesinos vivan impunemente y se fuguen más impunemente... que nos roben la alegría impunemente.

Digan lo que digan los optimistas concertacionistas, la impunidad es el símbolo de Chile.