domingo, 3 de marzo de 2013

Un video, un encuentro y el amor

En FB publicaron el video del encuentro de una pareja de artistas cuya ruptura había ocurrido hace más de veinte años, tiempo en el que cada uno vivió su vida y no se vieron ni una vez. Bueno, el encuentro fue muy emocionante como podrán ver en el video y me dejó con lágrimas pensando y recuperando esos amores que todavía conservo en la memoria, en la emoción y en el cuerpo.
Volvieron esos amores a mí tal como fueron, tan intensos y caóticos. Me recuperé enamorada en distintas épocas de mi vida. Recordé mis/sus intereses, mi/sus lenguaje, mi/sus cuerpo. Todo está ahí, dentro de mí, oupando un espacio privilegiado y particular. 
Me habitan esos amores sin tropezarse ni negarse ni interrumpirse entre sí. 
Me habitan también como aprendizaje poderoso, como partes fundamentales del piso sobre el cual despliego la vida y la honro. 
Creo que el amor es inagotable, que afortunadamente nunca se deja de amar, aunque las poderosas razones para separarse también existan, ese algo poderoso y nutritivo que nos hace construir el amor es parte de lo luminoso que somos, de lo generosos que somos, de lo libre que somos. 
La historia que nos hemos inventado del amor romántico, patriarcal, inamovible, de subalternidad femenina, que excluye otras manifestaciones libres, que nos manipula con la familia, la pertenencia y otros conceptos que se plantean como verdad única; esa historia y práctica cultural sólo hereda dolor, perpetúa la exclusión y el maltrato humano. 
Desde mi punto de vista, esto no tiene nada que ver con el amor que se vive en la transparencia de honrar lo que nos rodea, cuidar y se cuidado en el acto mismo de vivir. Fluyendo en ese mismo sentido, ¿cómo puedo arrancar de mi vida a las personas con las que he participado de la construcción diaria de nuestros días?, ¿cómo puedo querer dañarlas, olvidarlas, maldecirlas y desprestigiarlas?
Y esto no quiere decir que tengo una mirada oblicua e ingenua del amor. Sé que duele, que la mentira existe y que pueden dejarnos atrapados en una cárcel de miedo y rabia por toda la vida si no hacemos nada. Las emociones humanas no tienen relación con la caricatura malsana que ese amor de la cultura capital hace de esta transparencia que sostiene el universo humano.
Las emociones se sienten, todas. Hay que atreverse a reconocer la rabia, la pena y la bronca en uno mismo para poder pasar por esos lugares sin quedarse atrapado en ellos para siempre. Pero es eso: hay que pasar por ahí, no quedarse.
El amor es un estado permanente, que acepta las luces y sombras de la vida, que reconoce que todo en el universo esta preñado de su contrario y que en esa totalidad es que habitamos, construimos y amamos. Honrar la vida tiene que ver con eso para mí.
Por eso creo que este amor del que hablo es para toda la vida.
Vivo en constante aprendizaje.
Vivo atenta al amor.
Vivo agradecida del amor y trato de multiplicarlo. 
En fin, les dejo la historia que me removió:
"En los años 70, Marina Abramovic vivió una intensa historia de amor con Ulay. Durante 5 años vivieron en un furgón realizando todo tipo de performances.Cuando sintieron que la relación ya no funcionaba, decidieron recorrer la gran muralla china; cada uno comenzó a caminar desde un extremo para encontrarse en la mitad, darse un último abrazo y nunca más verse. 23 años después, en el 2010, cuando Marina ya es una artista consagrada, el MoMA de NY dedicó una retrospectiva de su obra. En esa retrospectiva Marina compartía un minuto de silencio con cada extraño que se sentase en frente. Ulay llegó sin que ella supiese y......esto sucedió..."
Marina y Ulay
 
 
 
 
 

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